domingo, 26 de junio de 2011

EL ANGEL


Cada vez que muere un niño bueno, baja del cielo un ángel de Dios Nuestro Señor, toma en brazos el cuerpecito muerto y, extendiendo sus grandes alas blancas, emprende el vuelo por encima de todos los lugares que el pequeñuelo amó, recogiendo a la vez un ramo de flores para ofrecerlas a Dios, con objeto de que luzcan allá arriba más hermosas aún que en el suelo. Nuestro Señor se aprieta contra el corazón todas aquellas flores, pero a la que más le gusta le da un beso, con lo cual ella adquiere voz y puede ya cantar en el coro de los bienaventurados.
He aquí lo que contaba un ángel de Dios Nuestro Señor mientras se llevaba al cielo a un niño muerto; y el niño lo escuchaba como en sueños. Volaron por encima de los diferentes lugares donde el pequeño había jugado, y pasaron por jardines de flores espléndidas.
-¿Cuál nos llevaremos para plantarla en el cielo? -pregunta el ángel.
Crecía allí un magnífico y esbelto rosal, pero una mano perversa había tronchado el tronco, por lo que todas las ramas, cuajadas de grandes capullos semi abiertos, colgaban secas en todas direcciones.-¡Pobre rosal! -exclamó el niño-. Llévatelo; junto a Dios florecerá.
Y el ángel lo cogió, dando un beso al niño por sus palabras; y el pequeñuelo entreabrió los ojos.
Recogieron luego muchas flores magníficas, pero también humildes ranúnculos y violetas silvestres.
-Ya tenemos un buen ramillete -dijo el niño; y el ángel asintió con la cabeza, pero no emprendió enseguida el vuelo hacia Dios. Era de noche, y reinaba un silencio absoluto; ambos se quedaron en la gran ciudad, flotando en el aire por uno de sus angostos callejones, donde yacían montones de paja y cenizas; había habido mudanza: se veían cascos de loza, pedazos de yeso, trapos y viejos sombreros, todo ello de aspecto muy poco atractivo.
Entre todos aquellos desperdicios, el ángel señaló los trozos de un tiesto roto; de éste se había desprendido un terrón, con las raíces, de una gran flor silvestre ya seca, que por eso alguien había arrojado a la calleja.
-Vamos a llevárnosla -dijo el ángel-. Mientras volamos te contaré por qué.
Remontaron el vuelo, y el ángel dio principio a su relato:
En aquel angosto callejón, en una baja bodega, vivía un pobre niño enfermo. Desde el día de su nacimiento estuvo en la mayor miseria; todo lo que pudo hacer en su vida fue cruzar su diminuto cuartucho sostenido en dos muletas; su felicidad no pasó de aquí. Algunos días de verano, unos rayos de sol entraban hasta la bodega, nada más que media horita, y entonces el pequeño se calentaba al sol y miraba cómo se transparentaba la sangre en sus flacos dedos, que mantenía levantados delante el rostro, diciendo:
«Sí, hoy he podido salir». Sabía del bosque y de sus bellísimos verdores primaverales, sólo porque el hijo del vecino le traía la primera rama de haya. Se la ponía sobre la cabeza y soñaba que se encontraba debajo del árbol, en cuya copa brillaba el sol y cantaban los pájaros.
Un día de primavera, su vecinito le trajo también flores del campo, y, entre ellas venía casualmente una con la raíz;
por eso la plantaron en una maceta, que colocaron junto a la cama, al lado de la ventana.
Había plantado aquella flor una mano afortunada, pues, creció, sacó nuevas ramas y floreció cada año; para el muchacho enfermo fue el jardín más espléndido, su pequeño tesoro aquí en la tierra. La regaba y cuidaba, preocupándose de que recibiese hasta el último de los rayos de sol que penetraban por la ventana; la propia flor formaba parte de sus sueños,pues para él florecía, para él esparcía su aroma y alegraba la vista; a ella se volvió en el momento de la muerte, cuando el Señor lo llamó a su seno. Lleva ya un año junto a Dios, y durante todo el año la plantita ha seguido en la ventana, olvidada y seca; por eso, cuando la mudanza, la arrojaron a la basura de la calle. Y ésta es la flor, la pobre florecilla marchita que hemos puesto en nuestro ramillete, pues ha proporcionado más alegría que la más bella del jardín de una reina.
- Pero, ¿cómo sabes todo esto? -preguntó el niño que el ángel llevaba al cielo.
- Lo sé -respondió el ángel-, porque yo fui aquel pobre niño enfermo que se sostenía sobre muletas. ¡Y bien conozco mi flor!
El pequeño abrió de par en par los ojos y clavó la mirada en el rostro esplendoroso del ángel; y en el mismo momento se encontraron en el Cielo de Nuestro Señor, donde reina la alegría y la bienaventuranza. Dios apretó al niño muerto contra su corazón, y al instante le salieron a éste alas como a los demás ángeles, y con ellos se echó a volar, cogido de las manos. Nuestro Señor apretó también contra su pecho todas las flores, pero a la marchita silvestre la besó, infundiéndole voz, y ella rompió a cantar con el coro de angelitos que rodean al Altísimo, algunos muy de cerca otros formando círculos en torno a los primeros, círculos que se extienden hasta el infinito, pero todos rebosantes de felicidad. Y todos cantaban, grandes y chicos, junto con el buen chiquillo bienaventurado y la pobre flor silvestre que había estado abandonada, entre la basura de la calleja estrecha y oscura, el día de la mudanza.

Los Siete Arcángeles

LOS SIETES ARCANGELES DE DIOS


Después de la Santisima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, ellos Son los reyes del Universo. No existe otro poder tan grande como el de los Arcángeles, son los representantes directos de Dios. Son llamados en otras culturas, los constructores del Orden Universal, los Arquitectos del Universo, Los Siete Iluminados, etc., Tienen diferentes misiones, y definidos son sus reinos.Fueron ellos quienes elaboraron los mundos a las ordenes de Dios Padre. Son los Siete Misteriosos que todas las culturas mencionan con diferentes nombres. Se los denomina en India Los Siete Hijos de Aditi, tambien en otros sitios de oriente son los llamados Siete Espíritus en el Sol. En el Cristianismo y el Islam son los Siete Grandes Arcángeles.

ARCÁNGEL MIGUEL




El Arcángel Miguel incansable luchador contra el mal. Comanda huestes de Ángeles celestiales para restablecer la paz y desterrar la maldad sobre la tierra.En su lucha contra Satanás, éste haciendo alarde de su poder enfrentó a San Miguel gritando "¿Quien como yo? " a lo que el Arcángel de la luz le respondió "¿Quién como Dios?" por eso su nombre: Miguel.Su celebración es el 29 de Septiembre.




ARCANGEL GABRIEL



Gabriel, el arcángel que anuncio a Maria su inmaculada concepcion, ayuda a las mujeres para que queden embarazadas y protege sus meses de gestacion. Reune y pacifica a las personas distanciadas, torna apacible el hogar, interviene siempre que se lo invoque para apaciguar a las personasenojadas. Su celebracion 24 de marzo.

El Arcángel Rafael

El Arcangel Rafael, es el protector de los enfermos, su auxilio esta en todo momento que haya enfermedad, dolor o afliccion. Protege a los matrimonios bendecidos y cuida de la felicidad en los hogares. Sus angeles rodean los centros de salud. El angel de la sanacion.


El Arcángel Uriel

Uriel, el Arcangel que cuida las tierras y los templos de Dios. Su mision es la de alcanzar favores a los seres humanos que pasan por etapas de duros aprendizajes en el destino. Cuida de su integridad y alivia a quienes se fatigan con el trabajo diario.

El Arcángel Jofiel


El Arcangel Jofiel, uno de los siete arcangeles que estan en presencia de Dios desde la Creacion. Se invoca su proteccion en momentos en que necesitamos claridad mental, iluminacion y estabilidad.
El Arcángel Chamuel

El Arcangel Chamuel brinda su apoyo hacia aquellas personas que se encuentran solas y con falta de amor y respeto. Lleva compasivamente a las personas al reencuentro y la paz. Protege contra la envidia y elimina toda sensacion de amargura.


El Arcángel Zadkiel



La influencia de Zadkiel se hace sentir en el momento en que estamos transitando por situaciones penosas, ya que su mision es la de alcanzarnos el perdon y llevar nuestras cargas espirituales. Desata nuestros encadenamientos que impiden nuestra realizacion en el amor y la verdad.

 


Su celebracion es el 24 de Octubre.

domingo, 5 de junio de 2011

Los Angeles una experiencia maravillosa


Estimado usuario, bienvenido a mi blogs, quiero compartir con ustedes la experiencia mas significativa de mi vida. Hoy le quiero decir que no estamos solos, siempre hay alguien en la tierra que nos acompaña y nos protege.
Una manada de angeles celestiales vienen obedeciendo las ordenes de DIOS para protegerte y cuidarte de todo peligro, ellos estimados amigos has estado conmigo en los mejores y peores momentos de mi vida, me devolvieron la oportunidad de seguir viviendo y seguir contemplando las marravillas de DIOS, en una sala de CUIDADOS INTESIVOS cuando segun los medicos ya no habia nada que hacer, el señor ya habia hecho su obra y envio a sus angeles del cielo a que interrumpieran ese sueño profundo en el que me encontraba y me hablaran diciendome que tenia que despertar, que tenia 3 hijas que cuidar; desde allí ellos no me han desamparado siempre que los invoco estan alli esperando la orden de DIOS para concederme lo que yo necesite. Te invito a vivir esta experiencia maravillosa, espero que lo disfruten.





La madre le dio el beso de buenas noches y se fue a terminar los quehaceres. La pequeña simulo estar dormida, pues quería continuar contemplando la noche. De pronto sus ojitos inundados de sueño se comenzaron a cerrar...
Repentinamente tras la ventana se escucho una graciosa risita, Emilia se acerco a ver lo que ocurría, y grande fue su sorpresa al ver que se trataba de un angelito que jugueteaban en su jardín, quien al verla se acerco amistosamente; ella abrió la ventana.
-¿Por qué no te has ido a dormir? – pregunto la pequeña.
El ángel, con aún un poco de risa en el rostro, le hizo un gesto para que hablara más bajo, mientras se acomodaba en el umbral de la ventana.
- Porque no tengo sueño- dijo simplemente el ángel.
- Yo tampoco tengo sueño, dijo la pequeña, trepándose en su sillita para no estar en puntillas.
- Si quieres yo te ayudo a dormir- ofreció amablemente el ángel.
Emilia acepto, mientras volvía a su cama cubriéndose con la tapa.
- Tu vives en el cielo verdad- pregunto mientras el ángel se sentaba a los pies de la cama-
- Mmm… si vivo en el cielo…
- Entonces de debes saber porque hay tantas estrellas allá arriba.
- ¿Estrellas?, no son estrellas- dijo él mientras se acomodaba las alitas.
- ¿Entonces?
- Son lámparas… es que nosotros cuando nos vamos a dormir las encendemos para poder ver mejor hacia la tierra… cada uno tiene la suya- Emilia escuchaba con atención mientras el ángel continuaba –aunque el otro día regale la mía… se la di una pareja que observaba la noche, hubieras visto como gritaban… ¡una estrella fugaz!, fue muy lindo.
- ¿Y cómo te iluminas ahora?
- Eso es lo de menos… siempre nos van llegando lamparitas nuevas.
Emilia se acomodaba entre la tapa, mientras escuchaba con mucha atención al pequeño angelito.
- Antes de dormirme una última pregunta…
- Dime- dijo el ángel –pero luego te duermes.
- ¿Es verdad que a ustedes los angelitos les gusta pintar?
- ¿Por qué lo preguntas? – dijo sorprendido el ángel.
- No lo sé… parece que lo escuche una vez a un pariente tuyo…
El ángel sonrió.
- Es verdad –confeso el amistoso ser –nos encanta pintar… tenemos muchas acuarelas de distintos colores, y, ¿Te cuento un secreto?, lo que más nos gusta es derramarlas por el cielo, lo hacemos casi todas las tardes. Vieras lo entretenido que es!
- ¿Y cómo limpian después?
- Es que después, cuando terminamos de jugar, lavamos el cielo… le echamos agua y pasamos y un paño. La gente de la tierra le dice a esto “lluvia”. Y luego nos vamos a sentar un rato a las nubes a esperar a que se seque. Por cierto, las nubes son mucho más blandas que estas cosas –dijo tocando la cama –yo no podría dormir aquí –dijo mirando a la pequeña niña.
Emilia estaba con los ojitos cerrados abrazada a un cojín de toalla. Se había dormido.

Al día siguiente cuando se encontraban Emilia con sus padres paseando por la plaza, la pequeña miro al cielo, no pudiendo ocultar su sorpresa
- ¡¡ Mira papá!! los angelitos están jugando con sus acuarelas.
Los padres miraron al cielo y no vieron más que el sol ocultándose y un atardecer cargado de colores.